sábado, 14 de marzo de 2009

Comunion

http://www.youtube.com/watch?v=LxmVw6AQbh4&layer_token=b2617e1fd65900be

lunes, 9 de marzo de 2009

Arte multidimencional

sábado, 8 de noviembre de 2008

viernes, 7 de noviembre de 2008

Espiritu del Bosque

Nuestra herecia indigena se manifiesta en esta obra de Hector Alvarez Paredes, donde el bosque toma forma humana para sentir los elementos que componen su entorno o tal vez hacernos sentir a nosotros mismos esa comunion con la Madre Naturaleza, La PACHA MAMA.


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viernes, 17 de octubre de 2008

lunes, 6 de octubre de 2008


PALMA REAL. Obra acrílico sobre tela tamaño 24 x 36.


Con gallardía se eleva sobre las demás plantas señoreando en lo alto con Su follaje al viento danzando su hermosura. Dominando el paisaje caribeño la palma real, la palma de sierra, danza. Testigo del tiempo como seres vegetales silenciosos exhiben su sabiduría que no necesariamente es la que el hombre conoce. Sabiduría de transformar la luz del sol en alimento, la lluvia que moja sus raíces en vida. Sabiduría de ser, de disfrutar el bienestar de los nutrientes de una tierra fértil. Seres mágicos que majestuosos celebran la creación.

domingo, 24 de agosto de 2008

മദര്‍ ടിഎര്ര, പച്ച Gaya

പച്ച മമ , മദര്‍ ടിഎര്ര, ഗയ
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Puedes Ampliarla

jueves, 21 de agosto de 2008

LA HUMILDAD

INTERVALO CUATRO. La Humildad del libro VISIONES

de Hector Alvarez Paredes.


La humildad ¿qué es? ¿ porqué es necesaria? ¿para qué sirve?. Te has dado cuenta como los niños admiran a los mayores, cómo los observan, los estudian, reconocen tal vez que han vivido más y sienten que pueden aprender de ellos. Los admiran deseando ser como ellos. Copian sus actos y sus destrezas. Esta admiración no termina en la adultez, siempre deseamos poseer cualidades que admiramos en otros seres humanos. Ya sea la fortaleza, el valor, la inteligencia, la perseverancia, según como la persona vaya creciendo y su imagen de virtud se forme, serán sus deseos de obtener esas cualidades.

Cuando no logramos poseerlas nos mortificamos y tratamos de aparentarlas, con mucho éxito algunos. Esto sería “bueno” si solamente se adoptaran las cosas constructivas, pero la realidad es que lamentablemente también copiamos los errores. En ocasiones observamos personas bien sensibles escondidas tras un disfraz de fortaleza implacable. Si las conocemos bien nos damos cuenta que son totalmente vulnerables a emociones hermosas y que son compasivos. Les es más cómodo aparentar ser así, como un camuflaje para protegerse. Ser sensible en nuestro mundo es signo de debilidad, hacemos un icono de la frase “sólo el más fuerte sobrevive” y pretendemos ser insensibles, fuertes e inquebrantables. Queremos sobrevivir en un mundo duro y peligroso.

Le preguntamos a los niños, como una gracia ¿qué tú vas a ser cuando seas grande? Aunque debería ser ¿quién vas a ser?. Crecemos buscando ser como un reflejo ajeno, ya sea un artista, un deportista, el padre, la madre, un hermano, en fin alguien a quien admiremos, que pensemos haya tenido gran éxito. Esta tarea es imposible si deseamos ser auténticos. Nuestra meta debería ser, ser quien somos verdaderamente y mejorar en ese marco de la propia personalidad, no una copia de otro ser humano porque somos únicos. Somos combinaciones únicas de los mismos elementos. Como los copos de nieve, son la misma sustancia pero todos tienen deferentes formas, así somos los seres humanos.

Cuando decimos yo soy una persona humilde, en ese preciso momento dejamos de serlo, porque estamos alardeando de una cualidad que es una verdadera virtud. No se puede ser humilde esforzándose por serlo, es algo que no se puede copiar, no se puede escoger. No es una actitud que se pueda adoptar, es más bien aprendizaje.

Yo soy bien vanidoso, mi vanidad es la vida misma, mi condición humana, no me da ninguna vergüenza admitirlo. Me gusta que me admiren, que me reconozcan, que me vean. En la medida que identifique la vanidad que hay en mí la iré tornando en humildad. Si alguien me dice, te felicito por tu humildad, yo le diría encuentra tu vanidad porque ella es la materia prima para edificarla.

Siempre habrá de esa materia prima en unos más que en otros o por lo menos algunos la demuestran menos que otros. La vemos en la arrogancia, la soberbia, el cinismo, en el lujo y la opulencia, todos tenemos de ella. Incluso cuando decimos yo soy una persona humilde, porque al aseverarlo ya estamos atribuyéndonos la virtud más difícil de lograr para el ser humano. La humildad es someterse al deseo de reconocimiento, es trabajar por el bien común sin esperar nada. Bien decía el predicador “vanidad de vanidades todo es vanidad.”

¿Como tornar esta vanidad en humildad? ¿Cómo trabajar con ella usándola como medio para transformarla? Les voy a decir en donde se equivoco el predicador. Hay algo que no contiene vanidad alguna y que es la herramienta y el tema principal de este poemario, es el AMOR. El verdadero amor del que se habla en Corintios, “el amor no se envanece, nunca deja de ser.” La vanidad, es algo vano, algo vacío, falto de todo valor, inútil, efímero. Muchas veces cometemos el error inconciente de afirmar, estoy orgulloso de mi familia, estoy orgulloso de mi trabajo, de mi casa, etc. Esto no lo hacemos pensando en la vanidad que encierran estas afirmaciones. La realidad es que el significado de “orgullo” en el diccionario no es muy virtuoso, si lo estudiamos nos damos cuenta que deberíamos usar otro término para expresar lo que sentimos. Dice el diccionario con respecto al orgullo, “exceso de autoestima que se puede volver arrogancia, que se disculpa cuando éste es producido por nobles ideales.” En la medida que identifiquemos nuestro ego y lo vayamos cambiando en compasión, en entendimiento en tolerancia, entonces ni la vanidad sería inútil. Porque serviría para lograr un mundo mejor, un mundo donde las miradas estén vacías de prejuicios y comparaciones que solo roban el tiempo que podemos invertir para hacer el bien sin mirar a quien.

De todo lo que he leído en mi vida lo más hermoso es lo que voy a compartir con ustedes a continuación.

1 CORINTIOS 13

1 Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o cimbalo que retiñe.

2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.

3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.

4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;

5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;

6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.

7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

8 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.

9 Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos;

10 mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.

11 Cuando era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, deje lo que era de niño.

12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.

13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.

TIEMPO DE ACTUAR

INTERVALO TRES. Tiempo de actuar

La razón conoce su esencia, su verdadero motivo, su genuino origen. Esta razón que no se revela en palabras, esta Verdad, no tiene traducción al lenguaje humano, no se puede expresar con símbolos. Es por eso que no tiene significado para la mente. Una vez que se descubre en el ser nunca deja de sentirse su presencia. Esta Verdad universal es el propósito de nuestra existencia, nuestra misión. Podemos intentar dar direcciones por medio de doctrinas, reglas, creencias de todos colores y formas, pero no será suficiente para alcanzarla, para conocerla. Habrá veces que parecerá escondida, olvidada, esta es la naturaleza humana, el extravió. Pero estará ahí, como siempre ha estado, esperando que se redescubra y que aflore en la conciencia.

Actuar…, no les puedo decir como actuar, lo que sí puedo aconsejarles es que miren a los demás seres vivientes con detenimiento. En cada uno de ellos se verán a sí mismos. Somos la vida sobre este planeta y eso nos da un vínculo común, nos une como organismos únicos de la evolución. Esta cadena que nos une no solo a nuestros parientes sino a todos los seres.

Estamos conectados por el aire, el agua, los nutrientes. El balance ecológico es fundamental para el sostén de la vida de cada uno y del planeta. Este balance que está en juego con el ser humano alterando su ecosistema. Las nuevas generaciones están desprovistas de conocimientos que los acerquen a la tierra, al cultivo y al disfrute de lo natural. Cada día les estamos heredando más devastación.

Cuando vamos a comprar alimentos no meditamos acerca del origen de ellos, del proceso de cultivo, de la crianza y el sacrificio de los animales para consumir su carne. Pensamos que esto es algo secundario cuando en realidad es lo fundamental. Meditar sobre estas cosas hace valorar más a conciencia lo que la naturaleza nos da. Es por esta razón que se acostumbra a dar las gracias al alimentarnos en la mesa, costumbre que también se está perdiendo. Debemos estar preparados para matar a un animal para comérnoslo. Debemos saber cómo sembrar, cultivar, cosechar. Vienen tiempos difíciles, tiempos de duras pruebas para la humanidad y estos conocimientos serán vitales para la sobre vivencia.
Si cada ser humano sembrara un árbol hoy, en veinte años la deforestación seria un problema del pasado, habría vegetación que filtrara nuestro aire. El calentamiento global del que tanto se habla actualmente es un asunto que tenemos que atender urgentemente. No hay tiempo para sentirnos excluidos de este problema porque veamos áreas verdes aún a nuestro alrededor. La fragilidad de nuestro medio ambiente es muy vulnerable y está sujeto a cambios radicales. Hoy día vemos desiertos donde hace unos años habían bosques y sequía donde había lagos. Se deshielan los montes de nieve milenaria, se derriten los polos, se trasladan los ejes de la tierra a una razón vertiginosa en relación a años pasados. Nuestra situación es crítica y parece no importarnos, continuamos nuestra apresurada marcha hacia la inconciencia.

Meditemos en silencio acerca de nuestras relaciones humanas, la forma en que somos con los demás, con nosotros mismos y con nuestro entorno. Parecemos niños malcriados, orgullosos, pedantes y soberbios, cuando solamente la humildad puede ayudarnos a actuar como seres genuinos, de verdadero poder. Poder para cambiar la pesadilla en el sueño divino de un Creador sabio y poderoso.

Para lograr resultados correctos hay que obrar correctamente. Cuando nos damos cuenta que lo que hacemos nos conduce al caos y la desolación, debemos recapacitar y obrar de forma inteligente pues para eso se nos dio la capacidad de discernir. No es racional que nos tiremos al vacío sin paracaídas porque no tenemos alas como las aves. Lo que sí tenemos es discernimiento y en él hay un sentido común, el que nos dice qué hacer en situaciones específicas. Un sentido que hemos olvidado usar, todos lo tenemos, por eso le llaman sentido común. El sentido común va más allá de las palabras, de la enseñanza aprendida, es innato. Dejémosle decidir nuestros actos, distingámoslo del capricho, de la codicia, del propio bienestar en beneficio del bienestar común.

Muchas veces lo tendremos que anteponer al pensamiento. Es un impulso casi imperceptible. Se dice que casi siempre lo primero que se piensa es lo correcto, porque siempre está dispuesto a mostrarnos el verdadero camino.

Espero que aprendan algo de estas palabras. Es mi más profundo deseo contribuir en algo al despertar de otras mentes que me ayuden a realizar una cadena de entendimiento de unión verdadera. Que disfruten de la parte final de este trabajo poético y al final seguiremos hablando para despedirnos.

Despertar


INTERVALO DOS. Tiempo de despertar.



A lo largo de la lectura de este libro vas a encontrar palabras que se repiten. Palabras que tal vez te parezcan gastadas, tal vez las hayas escuchado antes en innumerables ocasiones. La verdad es que el lenguaje limita para explicar lo que sólo se puede comprender en el silencio, el lenguaje que sea. Habrás encontrado mucho palabras como Luz, Vida, Amor con mayúscula, son formas de llamarle a la Existencia, algo que solamente es, más allá de significado alguno.

Solemos imaginar al Creador como un anciano de barbas largas en su trono de oro y rodeado de ángeles flotando en las nubes, como en un cuadro renacentista. Esta idea preconcebida es la manera en que nos lo han descrito, nos lo han pintado de esa forma. Dios es todo, no tiene forma específica. También nos dijeron que está en todas partes, pues no se asusten, más bien cálmense, porque no estamos solos nunca cuando entendemos esto, creámoslo o no da igual El está en todas partes.

Nos dejó hacer lo que queramos y formamos berrinches continuamente por nuestros caprichos. EL nos observa, nos conoce, nos hace. Aquel que tiene hijos los observa equivocarse una y otra vez, en ocasiones hasta nos da gracia sus ocurrencias. Tenemos muchas veces que esperar que escarmienten por su propia experiencia para entonces poder ayudarlos, de la misma forma es EL con todos nosotros. Conoce cada pensamiento y cada rincón de nuestro ser. Incluso nos habla en lo más profundo de la conciencia.

Les digo guarden silencio para que puedan escuchar. La mayoría de nosotros no sabemos guardar silencio. Creemos que es no emitir sonidos y sí, esa es una parte del silencio, pero hay uno más allá. Es el silencio del pensamiento del lenguaje el que más difícil se nos hace lograr. Nuestra mente no quiere descansar, ésta encapricha con traducir, explicar, criticar y pasar juicio por todo lo que llegue a ella. No nos deja ni un momento. Según algunas religiones dicen que en ella es donde se aloja el parásito del mal y la ignorancia. Creemos que somos, pero es ella en nuestro lugar. Traduce, calcula, juzga, se enfada, incluso, “ama” por nosotros.

Al llegar a la casa lo primero que hacemos es poner la televisión. La necesidad de escuchar palabras que la mente pueda procesar, nos distrae más que el silencio. Fíjense si les digo lo correcto, el lenguaje son símbolos, que significan pensamientos que pueden ser audibles, escritos o imaginarios al razonarlos para emitirlos, estos pensamientos nacen en nuestra mente, usamos el lenguaje para comunicárselos a otras personas. ¿No deberíamos ser capaces de tener telepatía aunque fuera en nuestras propias mentes? Es decir, el pensamiento está ahí, ya no tiene que ir a ningún sitio. No tenemos que traducirlos al lenguaje, cosas como “me voy a sentar”, o “tengo hambre”, “tengo que hacer esto o aquello”, comentarnos “qué hermoso día” resulta absurdo puesto que el que está en esa apreciación es uno mismo, bastaría con apreciarlo y ya. Pensamos en palabras para entendernos a nosotros mismos, verbalizamos todos nuestros actos como un comando que practica para dictador y no somos nosotros mismos.
Lograr silenciar esta charla continua que tiene el pensamiento, ese es el silencio del que yo les hablo. Detrás del lenguaje de la mente hay uno mucho más calmado y más propio del ser espiritual.
Despertar se trata de entender sin palabras, sin fronteras, sin atosigar nuestra mente con símbolos. Es la completa percepción del cosmos entero sin una sola palabra. El silencio de entender sin tener nada que debatir.

INTERVALO UNO


La relación del ser humano con su propia existencia es en gran parte el tema primordial en los versos de este libro. Antes de proseguir déjenme aclarar que yo no soy un santo.
Renuncié a esas pretensiones hace mucho tiempo. La Creación desea que seamos como ella, perfectos y para eso es la evolución. Muchas veces oímos disculpar los errores diciendo “perfecto sólo Dios”…, bueno nosotros somos su obra. Esto sería una antitesis puesto que de lo perfecto no puede salir la imperfección.

Nos hemos olvidado de nuestra naturaleza. Hemos deformado nuestra conciencia por medio de la herencia del pensamiento que va más allá de la educación. Al igual que heredamos formas físicas, igual lo hacemos con formas espirituales. Nuestra herencia física no la podemos cambiar, pero la espiritual sí. Los rasgos genéticos y las predisposiciones patológicas, sólo se pueden modificar. Por ejemplo, un asiático puede pintarse el pelo de rubio pero su realidad no es esa. Una cara o una malformación se pueden operar con cirugía plástica, pero no es su realidad física. Esto no quiere decir que esté bien o mal hacerlo, pero es así. Por el contrario las cargas espirituales vienen con nosotros a este mundo para resolverse, para liberarlas. Si no tenemos éxito en este proceso nuestros descendientes lo heredan. Es como una lección que hay que aprender, si no…, se repite y se repite hasta lograrlo.

Vinimos a este mundo para mejorar como especie y el cambio primordial radica en el espíritu. Yo sé que hay personas que no creen en nada que no se pueda palpar, pero eso también puede cambiar. ¿Cómo?, cuando se despierte del sueño del miedo, de vivir temeroso por existir, cuando podamos observar la creación sin temor de morir algún día.

El karma, como se le conoce al desenlace de nuestras malas acciones, y el darma, al buen desarrollo de las circunstancias positivas que propiciamos, va mas allá de la propia existencia. Estos conceptos se repiten en diferentes religiones de diversas culturas. Las situaciones que tenemos que enfrentar en nuestra vida son la oportunidad de rebasarlas y de aprender la lección. No sólo para nuestro beneficio sino también para nuestra descendencia…, la humanidad. Los actos de un solo ser pueden cambiar la pesadilla en que vivimos. Son muchos los que nos han dado las pistas: pensadores, místicos, maestros…, que descubrieron lo que todos en el subconsciente sabemos.

La descendencia genética, la información que traemos en nuestras células son nuestras herramientas. Nuestro objetivo es la evolución. De eso se trata la vida, de transformación, de cambio, de mejorar como seres humanos, si es que sobrevivimos en el proceso.

El hombre es el ser más evolucionado de este planeta y sin embargo a la vez es su peor destructor. Crecemos como un plaga corriendo hacia nuestro exterminio. Somos violentos ante la ignorancia que padecemos. Nos burlamos de nosotros mismos creyendo que es de los demás. Contaminamos, desforestamos, aniquilamos todo a nuestro paso como una maldición. Un cuadro desolador verdaderamente. Los líderes, los gobernantes, los poderosos usan las masas como fichas peones de un juego de ajedrez. Gastan los recursos del planeta en guerras que solo llenan los bolsillos de algunos y la injusticia social sigue creciendo, siguiendo su curso arrollador.

¿Dónde está el mal? ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo cambiar este mal sueño?. Somos los responsables del futuro de este planeta y sólo podemos cambiar nuestro propio ser, para así cambiar nuestro entorno. Es como mágico, una vez cobras conciencia ya no hay marcha atrás, es algo que los demás perciben rápidamente. Tal vez te digan loco, pero tarde o temprano lo percibirán y se unirán. Aunque, no te conviertas en un reclutador; sólo sé tu mismo , sé compasivo y sé sabio. Esfuérzate por no esforzarte, por no empecinarte en hacer tu voluntad. Trabaja con dedicación desde donde estés, siembra y deja que la naturaleza haga su parte.

Hay que analizar la raíz de nuestros deseos, cuando vivimos rodeados de campañas publicitarias que nos impulsan a consumir desmedidamente. Vemos los depósitos de basura atestados de enseres, televisores, video grabadoras, abanicos, celulares, etc.… La era tecnológica aparentemente es desechable, no se repara o se vuelve obsoleta y hacen montañas de desperdicios. Igualmente ocurre con los autos, los muebles, los alimentos, el desperdicio no tiene descanso. Nos hemos convertido en un generador de basura que contamina el medio ambiente del cual dependemos.
Antes de adquirir algo debemos preguntarnos, ¿realmente me hace falta.? El impulso de tener algo es algo que debe ser observado cuidadosamente. Si posponemos este deseo de tener, vemos después que es casi siempre un capricho. Debemos darnos tiempo para pensarlo mejor, si después crees que es indispensable, cómpralo.

La mente nos juega muchas tretas, tenemos que estar atentos a nuestros verdaderos deseos. No podemos dejarnos influenciar mucho por elementos externos. Acuérdate que todos estamos en la misma pesadilla y son muchos los que van a descargar venenos con los que no pueden lidiar. La ira, el cinismo, la codicia, la envidia y tantos otros sentimientos son los síntomas de nuestros padecimientos. Sé como un espejo para que el reflejo rebote y no te toque, no te dañe. Los seres humanos poseemos un enorme poder en nuestra lengua, el lenguaje más que una herramienta es magia. Magia que se puede tornar en beneficiosa o maliciosa según tus intensiones. Oímos decir muchas veces, perdona eso no fue lo que yo quise decir. Otras veces con toda premeditación de herir utilizamos el lenguaje, sembrando en otros venenos que encuentran terreno para echar raíces que sabe Dios cuanto tamaño alcancen. Sé cuidadoso con el decir recuerde que es tu propia magia, úsala a favor de todos. Ve practicando con “Buenos días”, “Que bien te ves hoy”, “Muchas gracias”, pequeñas palabras que van haciendo la gran diferencia en el trato humano.

Continuaremos en el próximo intervalo, espero que disfrutes de mis versos
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